Los negocios de la provincia de Alicante apuestan por confiar en el crecimiento del tejido empresarial de la provincia este año. Lo hacen, eso sí con prudencia y a pesar de «las incertidumbres políticas que lastran la economía». Pero, al fin y al cabo, y en general, se mejoran perspectivas de crecimiento y de ingresos en el próximo trimestre y también en el año. Es un resumen de los resultados del Observatorio de la Expectativa Empresarial de Alicante (OEXA), que elaboran el Observatorio Económico de Alicante y la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal), y que publica en exclusiva Alicante Plaza. En este caso, se corresponden al último semestre del año 2023.
En este momento, las diversas incertidumbres -provocadas por conflictos como el del Mar Rojo que puede afectar a importaciones de componentes y a exportaciones, o la caída del consumo- suponen uno de los principales frenos económicos al crecimiento y atracción de inversiones. También lo es la preocupación por una recesión en 2024. Así lo apuntan los autores del estudio, José Antonio Trigueros y Juan Seguí, y del presidente de Uepal, César Quintanilla. Y es que, tal y como apuntan desde las conclusiones de este observatorio, «muchos de los indicadores adelantados indican una reducción de las principales magnitudes, y dependiendo de su evolución tendremos estancamiento, estanflación, o recesión». Así, el marco económico general lleva, en los últimos cinco años, en contracción del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita. Además, señalan desde el observatorio, esta circunstancia va unida a «un enorme crecimiento de la deuda y un incremento de la presión fiscal».
Teniendo en cuenta el marco macroeconómico y la situación de las firmas en el último semestre del año, un 26,4% de las empresas encuestadas consideran que sus ingresos se reducirán «algo» en los próximos 12 meses, -algo más del 23% que lo pensaban en el último estudio). Mientras, el 38,2% vaticina que se mantendrán estables y otro 26,5% afirma que crecerán «algo» o «mucho» (8,8%). Los datos indican que, si bien hay algunas empresas más temerosas de perder ingresos que en junio de 2023, también hay más que piensan que sus ingresos van a crecer, un 45,3% de las encuestadas. La valoración de 2023 también ha sido positiva en su mayoría: un 44,1% piensa que ha sido un buen o muy buen año. Mientras, un 29,4% lo ha considerado estable y un 26,5% lo considera negativo.
Asimismo, Quintanilla asegura que la ralentización económica que se lleva temiendo desde otoño de 2022 no se ha materializado, pero continúa como una ‘espada de Damocles’ que paraliza muchas inversiones desde el punto de vista económico. «También podemos ver reflejada la situación en lo que pasa con la agricultura. Ahora estallan las protestas, pero ya había malestar previo meses antes de que todo estallara, es un resumen de cómo estamos en otros sectores».
Por otra parte, según José Antonio Trigueros, preocupa el descenso del peso de la industria. «El sector secundario fija riqueza a un territorio. Está bien tener servicios, pero la industria y el primario la fortalecen ante adversidades. Las máquinas, la producción, el tejido que crea es más fuerte ante variaciones económicas». Y los datos, según Trigueros, no van por buen camino. Los PMI adelantados siguen bajando «confirmando un desplome continuado de 18 meses continuados en negativo» y la variación de inventarios, en la que se venden mercancías sin producción nueva hace ver poca confianza empresarial. «Seguimos teniendo una economía hiper-regulada sin flexibilidad, por ejemplo, seguimos sin tener suelo industrial de calidad con rapidez«, explican desde este estudio. En este sentido, apuntan a que la industria necesita un impulso económico y agilidad a los trámites para crear suelo industrial. «Cuando se quiere, se pueden acelerar trámites, como se vio con la gigafactoría de Sagunto y el anterior Consell», afirma Quintanilla. Así, ven positivas medidas encaminadas a agilizar esos trámites burocráticos desde las administraciones, como el Plan Simplifica o la agilización de declaraciones responsables por parte de las empresas.
Otra preocupación es la falta de mano de obra industrial, personas cualificadas como operarias. Faltan en sectores como el del plástico o el calzado, aunque las patronales ya trabajan por atraer a personas jóvenes con formaciones propias o difusión del sector. También valoran positivamente en este OEXA el hecho de que se dé impulso a las FP duales y que, cada vez más, la Formación Profesional esté sobre el tablero educacional. «Hacen falta unos 15.000 operarios, eso lastra el crecimiento de la industria», afirman. No obstante, ven pasos positivos.
Desde este OEXA, César Quintanilla afirma que «creo que será un buen año y dependerá de la certidumbre política». Esperan que el gobierno se estabilice y que «no gire el debate en la amnistía o la independencia de jueces. Esa inestabilidad también afecta a la confianza fuera de España».